sábado, 28 de septiembre de 2013

El desafío del sabio y su discípulo


“No hay oscuridad sólo ignorancia”. Williams Shakespeare (1554-1516). 

Fue un dramaturgo, poeta y actor inglés. Es considerado el escritor más importante en lengua inglesa y uno de los más célebres de la literatura universal. Su actividad como dramaturgo fue lo que le dio fama en la época, sus obras son en total 14 comedias, 10 tragedias y 10 dramas históricos, es un exquisito compendio de los sentimientos, el dolor y las ambiciones del alma humana.


Podemos revisar infinidad de ensayos que orientan a los padres en la crianza de sus hijos, eso es un hecho, la pregunta es: ¿Por qué hay padres que no los revisan y de una forma u otra los siguen?  La respuesta podría estar escondida en nuestra mente, tomemos en consideración algunos hechos y conceptos que nos pueden poner (desde mi punto de vista) más claro el panorama.

Nuestra mente es el almacén donde guardamos todo lo que aprendemos del mundo que nos rodea en forma de conceptos o imágenes, nuestra memoria ordena y almacena cada evento para que en el momento en que sea necesario tomemos esa conocimiento o experiencia y resolvamos los problemas (desafíos) que se presentan a cada paso que damos, este es el instrumento que debemos cuidar principalmente en el inicio de la orientación de nuestros hijos, es nuestra contribución con el adulto en que se convertirá y eventualmente comenzará por si solo a resolver sus propios desafíos.

Para nuestros hijos cuándo están recién nacidos, todo es nuevo, lo que ve, lo que escucha y siente, su libro mental se está llenando con las primeras notas de información valiosa para su interacción con el nuevo mundo al que llego, él es un viajero en tierra nueva y tu eres su anfitrión, sientes que lo conoces bien pero realmente es un individuo completamente desconocido, tu tarea es atenderlo mientras se te permita, no es tuyo, esta a tu cuidado porque decidiste en el momento de su concepción aceptar esta tarea que el universo tenia para ti, formar a un nuevo ser portador de la chispa divina de Dios, desde que es  una célula hasta que se desarrolla y construya un mundo extraordinario con sus acciones, ¿Con que esmero orientarías a un niño que tiene por propósito salvar al mundo del cáncer, el calentamiento global, la necesidad espiritual, el hambre, la discriminación o cualquier situación que de una u otra forma aqueja este mundo al que fue enviado?.

Creo que si tuvieses la certeza de que ese enviado especial es el niño que tienes en la cuna de tu casa no tomarías tan a la ligera lo que escribes (con tus acciones) en su libro, cuidarías cada nota, estudiarías todos los días para mejorar tus conocimientos y transmitir todo lo mejor que puedas a ese salvador, cada niño que nace es una esperanza, es un salvador en potencia y la tarea de formarlo hasta que el pueda tomar el control de sus acciones es toda tuya, es hijo de Dios pero como él no está lo entrega a tu cargo para que seas su mentor.

Ahora tienes tamaña tarea, si no lo habías visto así y en este momento lo crees, no te estreses, tranquilo, Dios está dentro de ti por esa razón confía su hijo en tus manos, el que no sabe esto criará a sus encomendados en la oscuridad creyendo que no es tan importante y que no debe ocuparse de la tarea más importante, pisar el acelerador, reforzar sus dones y convertirlos en las herramientas para colaborar en la construcción de esa extraordinaria nueva vida.

El punto de partida es el mismo para todas las grandes aventuras comienza dentro de ti, con tus cambios personales, tus hijos o “discípulos” comenzaran su camino en este nuevo mundo tomados de tu mano y es importante saber que jamás harán lo que tu les digas que hagan ¿Qué dilema no? La mayoría de la gente cree que tenemos que decirles a nuestros hijos que es lo que deben hacer, pues NO, en muy contados casos lo harán, ellos si los domesticas podrán--obligados por el miedo que le infundes-- acatar alguna orden que les impongas, pero al momento que no estés harán lo que verdaderamente aprendieron, los niños aprenden de lo que tú haces y no de lo que tú dices, tus palabras son como magia para tus hijos (negra o blanca) dependiendo de cómo la uses, pero solo hasta cierta edad por eso debes cuidar lo que les dices, pero lo más importante que debes cuidar es lo que haces, esto les estará enseñando por todo el tiempo que estén a tu lado, es lo que haces la mejor herramienta para orientarlos.

De alguna forma el verdadero regalo --si entendiéramos esta fórmula-- es el hecho de que con la llegada de estos pequeños huéspedes mejoraran nuestras vidas, porque estaremos obligados sea como sea a mejorarnos a nosotros mismos, el hecho de comprender que para orientar mejor debemos necesariamente ser cada vez mejores constituye un magnífico regalo en nuestras propias vidas, si hemos estado haciendo nuestra principal tarea que es hacer grandes nuestras vidas será extremadamente fácil y divertida la tarea de orientarlos y compartir con ellos el viaje, sería como llevarlos por un camino que ya recorrimos del cual conocemos los obstáculos y peligros que podemos conseguir, mostrándoles como lo hacemos nosotros e invitándolos a que no teman, sean valientes y nos imiten, también si algún pequeño decide un camino que no conocemos, debemos estar dispuestos a recorrer esa nueva aventura con ellos, utilizando nuestra sabiduría para aportar sin imponernos y pidiendo a la inteligencia universal que nos guíe cada paso, después de todo no tenemos las respuestas a todo.

Hagamos nuestro máximo esfuerzo, esto es lo que debe estar presente en nuestro día a día confiados en que la tarea no será más grande que nuestras habilidades, nuestros hijos son sólo nuestra más grande encomienda después de nosotros, toman decisiones basadas en lo que ven más que en lo que escuchan, vienen a este mundo con una increíble misión y somos los garantes de que todo lo que necesiten para cumplirlas se les sea dado, lo que escriben en su libro es lo que debemos cuidar porque lo que en ese libro está escrito será su verdad y por esas verdades tomarán sus decisiones de vida, son inocentes hasta que se demuestre lo contrario, cuando tengas que determinar qué hacer en un caso difícil cuida que no suene a castigo lo que decidas, recuerda que cada vez que lo castigas no lo estas orientando sino domesticando como a una mascota.

Lo que te he dicho hoy es sólo el concepto básico que siempre debes tomar en cuenta a la hora de orientar a tus hijos, para cualquier decisión que tomes debes pensar en estas reflexiones, no pretendo decirte exactamente qué hacer en todas las situaciones que se te puedan presentar, después de todo ellos son TU tarea, pero en él próximo artículo te regalaré una pequeña guía en 10 pasos para resumir todos los aspectos señalados aquí.

Saludos y éxito...

@by R. Reverón

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