sábado, 21 de septiembre de 2013

Nadie tiene la culpa pero sí todos somos responsables



“¿Cómo es que siendo tan inteligentes los niños, son tan estúpidos la mayor parte de los hombres? Debe ser el fruto de la educación.” Alejandro Dumas (1802-1870). Escritor novelista Francés. Hijo de un general del ejército francés que dejó a su familia prácticamente en la ruina al morir, en 1806, Alejandro tuvo que abandonar pronto sus estudios. Llegó a París en 1823, tras una primera experiencia como pasante de abogado, lleno de ambiciones literarias. Gracias a su puesto de escribiente para el duque de Orléans que obtuvo por recomendación del general Foy, consiguió completar su formación de manera autodidacta.

“No cualquiera puede convertirse en un gran artista, pero un gran artista si puede provenir de cualquier lugar” Antón Ego.

¿Por qué razón dejaríamos nuestra vida en caso de enfermedad grave, en manos de un coreógrafo o un grupo de baile y no de un doctor o un grupo de doctores expertos? Existen varios porqués: nos dijeron que eran doctores y lo creímos, no teníamos ni idea de lo que hacíamos, no nos importaba morir, estábamos convencidos que eran mejores los bailarines que los médicos, estamos locos o dormidos a la hora de la decisión.

Cuando se trata de cómo educar a un niño y darle las herramientas para fluir en la vida y nótese que no digo enfrentar porque ya de entrada seria una pelea (enfréntense los contendientes)—esta palabra parece inofensiva puesto que es lo que oímos de nuestros padres y maestros, en su mayoría conlleva una carga emocional y espiritual que nos predispone en la acción-- tomamos las decisiones para enseñar y pasar estas herramientas a nuestros hijos un tanto a la ligera, quizás pensemos que es lo correcto haciendo lo que todo el mundo hace, lo impuesto por el sistema, los gobiernos o lo que hicieron nuestros padres con nosotros  ¿Al fin y al cabo qué más podemos hacer? La respuesta es: mil cosas más y diferentes.

Lo que los seres humanos llamamos educación no es más que un proceso de domesticación educamos a nuestros hijos como domesticamos a un gato o a un perro, con un programa de premios y castigos, lo castigamos cuando es “malo” lo premiamos cuando es “bueno”, este proceso no es más que una simple domesticación, cuando nacemos somos un libro vacío  no tenemos nada escrito y los adultos imponen todo lo que allí se escribe, no escogemos nada de lo que escriben en nuestro propio libro, no escogemos nuestro nombre, idioma, religión o tipo de gobierno, todo es impuesto y cuando estas un poco mas consiente de ti mismo y no te gusta algo dices NO, ¿Recuerdas ese momento y lo que regularmente pasa? Los adultos doblan tu resistencia y someten tu libertad, doblegan tu espíritu y te muestran que aquellos a los que tu amas porque se supone que están para protegerte, se transforman en alguien que podría destruirte y comienzas a tenerles MIEDO, al igual que el “Dios” de los patriarcas en el antiguo testamento sal.33:8, “TEMA A JEHOVÁ TODA LA TIERRA; TEMAN DELANTE DE EL TODOS LOS HABITANTES DEL MUNDO” es ese el momento de quiebre entre el amor y el miedo, la ruptura entre lo que el individuo desea y lo que la sociedad dominada por los adultos les imponen, pero que podemos esperar si desde la MATRIX (el origen) de la información eso fue lo que aprendimos los adultos.

Que se puede esperar si nuestros padres y los padres de los padres de los padres también aprendieron del mismo modo, la palabra más usada para domesticar a nuestros hijos es principalmente “NO” te sorprenderás si llevas una cuenta de cuantas veces al comunicarte con tus hijos utilizas la palabra “NO” dado que tus palabras son como magia para tus hijos, al usar este código de comunicación estarás llenando el libro de tus hijos con una gran cantidad de magia negra—y nos preguntamos ¿Por qué el mundo esta tan lleno de contradicciones?— porque somos los encargados de contribuir a un mundo así, un gran manicomio donde nadie consigue la cura, pero nosotros no impusimos esto, no somos los culpables, sin embargo, podríamos cambiar esta condición en nosotros mismos al entender las causas y razones que nos tienen cautivos en el sueño de la colectividad, al hacernos responsables de nuestro propio despertar y al estar despiertos veremos esas otras mil formas diferentes de colaborar en la película de nuestros pequeños amigos que se nos han encargado (nuestros hijos, todos los pequeños del mundo son nuestros) y a los cuales les toco heredar lo que nosotros hemos aprendimos.

Imagínate colaborando con tus hijos (con cualquier niño que te pida ayuda) para filmar una película extraordinaria con presupuesto ilimitado y que tú que ganaste un Oscar al mejor director de película titulada “ESTA ES LA GRAN OBRA DE MI VIDA” los puedas orientar, vaciar todo tu conocimiento sin imponérselos, como un gran aporte en su realización, estarías contribuyendo con tu ejemplo más que con palabras en esta tarea tan maravillosa que es la vida de tus hijos, pero ¿Cómo saber qué hacer? Es una gran pregunta, todo lo que puedes hacer es tu mayor y mas grande esfuerzo, al esforzarnos comenzará a llegar información de las más altas esferas del conocimiento, directo desde nuestra comunicación con la inteligencia universal que ahora sabemos que esta a cada paso que damos, esperando que desde nuestra humildad y amor pidamos orientación—de verdad te digo que si pedimos se nos dará—esa orientación nos despertara y podremos ver lo que antes no veíamos.

En la próxima reflexión aprenderemos una guía de cómo colaborar con nuestros hijos en ese proceso tan especial de la niñez y ese despertar al mundo que los rodea, no es una guía para los niños es para que los adultos como dijo Alejandro Dumas: “Seamos menos estúpidos  y YO agregaría más sabios al “educar” a nuestros pequeños amigos, recuerda que no tenemos la culpa pero sí todos somos responsables.

Saludos y éxito...

@by R. Reverón


No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Opina aquí